sábado, 23 de julio de 2016

Ahora "podemos" aplaudir en un anuncio de readmisión, si así lo consideramos digno

¿Se asemeja usted al hermano del hijo prodigo?

Jamas suceda eso.

Anteriormente muchos hermanos se preguntaban por qué era impropio "aplaudir" a un familiar suyo o amigo que es readmitido. No estamos hablando de una readmisión de un asesino serial o un abusador de menores. Estamos hablando de readmisiones semejantes a las del hijo prodigo, en los cuales, el "pecador" se arrepiente sinceramente y regresa a su padre.

Parecería injusto que después de "pecar deliveradamente", al regresar, simplemente se arrepienta y se le reciba con los brazos abiertos. Pero haríamos bien en considerar sino estamos siendo justos a nuestros propios ojos e impidiendo el buen fluir de el amor y misericordia en nuestra congregación.

Lucas 15

Pues bien, su hijo mayor estaba en el campo; y a medida que venía y se acercaba a la casa oyó un concierto de música y danzas. De modo que llamó a sí a uno de los sirvientes e inquirió qué significaban estas cosas. Él le dijo: ‘Tu hermano ha venido, y tu padre

 degolló el torillo cebado, porque lo recobró en buena salud’. Pero él se airó, y no quiso entrar. Entonces su padre salió y se puso a suplicarle. En respuesta, él dijo a su padre: ‘Hace ya tantos años que he trabajado para ti como un esclavo, y ni una sola vez transgredí tu mandamiento, y, no obstante, a mí ni una sola vez me diste un cabrito para que gozara con mis amigos. Pero tan pronto como llegó este hijo tuyo que se comió tu medio de vivir con las rameras, le degollaste el torillo cebado’.









La Escritura es provechosa para enseñar, censurar y reflexionar. El cristiano maduro espiritualmente no requiere que se le de "luz verde" para poder actuar en conformidad con lo que siente es correcto. Si hemos esperado que se nos de "luz verde" para este detalle tan simple de comprender, deberíamos de reevaluar si realmente somos maduros. 

Aún así, es bueno que ahora se de "luz verde" a este respecto, que ya estaba apoyado por la Biblia. 

Y si de nuevo no fuera así, recordemos que, se aplauda o no, se le felicite o no, el Padre siempre se regocija de que un hijo suyo regrese hacia Él.

La INCONMOBILIDAD de la Verdad.     El Hijo del hombre, nunca temió hablar con fariceos, saduceos e incluso, con maestros de La Ley. Inf...