domingo, 1 de marzo de 2015

¿Como se lleva a cabo el “juicio” a los ungidos?

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"Ustedes son la sal de la Tierra" Parte 4
¿Como se lleva a cabo el “juicio” a los ungidos?



¿De quién viene este juicio? ¿De la gente que nos observa? ¿De Dios? ¿De la congregación?¿De los ancianos de congregación? Leamos a continuación:

1 Cor. 11:30
"A eso se debe que muchos entre ustedes estén débiles y enfermizos, y no pocos estén durmiendo [en la muerte]. Pero si discerniéramos lo que nosotros mismos somos, no se nos juzgaría. "

Exacto. Primero debemos ser honestos con nosotros mismo. ¿Iniciaría usted una campaña de donación de ropa a personas sin hogar si siente aversión por ellos? ¿O de comida para cachorros si a usted le desagradan las mascotas? Verdad que no.

Usted cuando inicia, se introspecciona y algo lo mueve a hacerlo, y sabe por que lo hace y que tiene que hacer y si no lo sabe se junta con quien si sepa como hacerlo o se anime a hacerlo.

Así mismo, los cristianos ungidos por espíritu, saben lo que quieren hacer y por qué lo quieren hacer y cual es el objetivo final de todo este asunto.


"Porque el que come y bebe come y bebe para juicio sino discierne el cuerpo" 1 Cor. 11:29

¿Entonces por que algunos son "indignos"?

Si personalmente se que debo de hacer algo y en este momento no califico bien para ello, simplemente medito bien sobre ello y mejoro lo que me falte. Pero, nunca se retracte. Retractarse es rechazar ese objetivo.

En el siglo primero había cristianos que de hecho tenía algunos aspectos que mejorar. Por ejemplo algunos permanecía todo el día ebrios, otros comían en demasía, otros se ocupaban en labores insalubres sin el debido cuidado, otros eran fornicadores y adúlteros conocidos. Solo pongo algunos ejemplos pero no necesariamente quiero discriminar con ello a nadie. Solo es para ejemplificar. Estas personas luego asistían a las conmemoraciones del primer siglo y eran considerados por quienes los conocían como "Cristianos".

Digamos, es algo así como si yo reuniera comida para perritos y tuviera un puesto de barbacoa en la esquina en donde se hiciera comida para humanos con estos perritos. ¿Verdad que no sería honesto?

¿Y si algún ungido enferma?

Los cristianos ungidos por espíritu también se pueden enfermar, y también pueden estar débiles físicamente. (2 Cor. 12:7) Esto no significa que "no sean dignos" pues cargan al igual que todos con un cuerpo mortal, hasta que sean "completados". 

El asunto de limpiarse de los pecados radica en limpiarse o quitarse de todas las practicas, costumbres y pensamientos que de hecho nos enferman.

Volviendo al ejemplo anterior, una persona que va a la Cena del Señor que se conoce se embriaga dia y noche, ¿de verdad cree usted que no enfermará nunca?¿Que no está débil?¿Que no está deprimido?

La invitación de Pablo de no reunirse para juicio radica en que no se reúnan para que esta cena termine en juerga, ridiculizando el objetivo propio de la misma.

Por eso "si discerniéramos lo que nosotros mismos somos, no se nos juzgaría" 1 Cor. 11:31

Por esto, si no nos juzgamos a nosotros mismos, siendo honestos en nuestro objetivo nosotros mismo, vamos a  ser juzgado por los demás, lamentablemente por la congregación, que la verdad no debería de ser, y en algunos casos por ángeles. Pero el que nos debe interesar es este último.

No me van a negar que cada quien es REALMENTE probado cuando se bautiza, no digo por fuerzas externas sino por nuestro mismo deseo. Y no me van a negar tampoco que cada quien, de los que participan en la Cena del Señor son probados también, en un grado mayor, tampoco por alguna fuerza externa sino por nuestros propios pensamientos. 

Por lo que es amoroso por parte de la congregación NO agregar otra carga más además de lo que ya deben cargar, para que la carga realmente sea “suave” (Mt 11:28-30). No los dejen solos, en verdad, necesitan de su apoyo.

Quienes son “los vigilantes”

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Mencioné que no solo son aprobados por fuerzas de este mundo sino por otras personas del cielo que están en este mismo mundo, es decir "los vigilantes" de este mundo. Estos vigilantes se encargaron de ajustar el orgullo de una persona que se quería alzar sobre todas las demás cosas.

Dan 4:17
“Por el decreto de vigilantes es la cosa, y [por] el dicho de santos la solicitud es, con la intención de que sepan los vivientes que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere [darlo] lo da, y coloca sobre él aun al de más humilde condición de la humanidad”.

Después de esto, Nabucodonosor tuvo que ser disciplinado. Su disciplina con el tiempo le dio humildad para reconocer que Dios es quien realmente mueve los asuntos. 


"Nadie puede (ir a Jesús) a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga´ (Jn 6:44).

Son aquellos a quien Cristo encargó en su oración fervorosa que hizo en el jardín Getsemaní "te suplico, no que los saques del mundo, sino que los cuides por causa del inicuo"En efecto, si esto es cierto, y si creemos estas palabras, entonces sabemos que "los vigilantes" tienen la responsabilidad de identificar por nombre, apellido y hogar al nuevo "hijo de Dios". ¿Debemos tenerles miedo? No. Ya que Dios no castiga a nadie ni prueba a nadie, según Santiago.

1 Cor. 11:31-34
"Sin embargo, cuando se nos juzga, somos disciplinados por Jehová, para que no lleguemos a ser condenados con el mundo. Por consiguiente, hermanos míos, cuando se juntan para comer (la Cena del Señor), espérense unos a otros. Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que no se junten para juicio. Pero los demás asuntos los pondré en orden cuando llegue allá.

En efecto, Pablo estaba al tanto de esta situación. El comer y beber si bien es un asunto personal. A Pablo le interesaba que no se hiciese tropezar a nadie, y que quienes comieran y bebieran lo hicieran realmente con el motivo correcto y no por hambre o por sed, y los demás al saberlo, los juzgaran mal. 

Cristo y Dios podrían ser tal vez también juzgados mal por esta mala imagen. Y esto, en consecuencia, hace tropezar a los posibles  nuevos “pequeños” o miembros.

El juicio en las Congregaciones

Por supuesto, aquí abordamos el juicio que es especialmente importante por el sufrimiento mental que este acarrea a los correctamente dispuestos para este camino.

Un anciano de congregación sincero, sentiría el deber de "corregir" a su hermano en caso de que manifestara su deseo de participar en los emblemas. Mas bien, no precisamente "corregir" sino orientar con amor y apacibilidad.


Debemos cuidar jamas actuar como dueños de la "fe sobre los demás".

Debe probarse a sí mismo por un tiempo determinado en el cual debe asumir que su papel ya lo ejerce incluso sin "comer ni beber", si se puede discernir adecuadamente entonces es su responsabilidad y solo suya sin comer ni beber (y no debe existir ninguna reprimenda).


Pero esto no pasa en la realidad lamentablemente. Cuando una persona que los demás consideran "indigna" come y bebe, o comió y bebió sin previo aviso, los miembros de la congregación y las congregaciones vecinas a la que asiste empiezan a discutir sobre si estuvo bien o no. 


Jamás deben de juzgarlosya que se exponen a también ser juzgados ustedes por los ángeles si el fallo fuera a favor de él o ellos. En efecto, estaríamos peleando contra Dios sin saberlo, lo cual "seria gravemente dañoso" a nosotros mismos.

Dejen que el espíritu de Dios fluya en las congregaciones libremente, sin reprimendas. Al fin y al cabo, si su labor es de Dios continuará y si no no lo hará.



Fil. 4:8
 “Cuantas cosas sean verdaderas, cuantas sean de seria consideración, cuantas sean justas, cuantas sean castas, cuantas sean amables, cuantas sean de buena reputación, cualquier virtud que haya y cualquier cosa que haya digna de alabanza, continúen considerando estas cosas

Los ancianos de congregación, y los miembros de la congregación a la que asiste no deben reprimirlo ya que lanzaría al resto de las personas la idea de que esta persona fue influenciado por Satanás y esto tanto lo puede hacer tropezar a él o ellos y a los demás:


´mejor lánzate al fondo del mar, antes de que hagas tropezar a uno de estos pequeños´

Por supuesto, no nos está invitando al suicidio, sino a dar un paso atrás 'antes de'. Por esto, si deciden “ayudarlo”, no lo ayuden con la expulsión, ya que esto los expone a ser responsables de sangre en el caso de que no regresara, no regresaran por él o dejara su fe. Más bien, ayúdenlo verdaderamente a entender estos puntos que muestra el apóstol Pablo, con equilibrio, buen juicio, y principalmente con amor y misericordia.

¿Qué hermanos deben corregir al “participante”?

Menciono “participante” por la acción y no por el estado de aprobación o no. El cual no nos corresponde.

   En definitiva, en cuanto a la corrección no debe formarse un comité judicial y de preferencia no debería realizarse en el Salón del Reino y mucho menos durante la celebración conjunta de reuniones de congregación en el mismo salón. No siempre deben de ser ancianos, de hecho preferiría que no lo fueran por el temor de que ambos sean condenados en caso de que uno hiciera tropezar al otro (véase Mt 18:7). Ambos deben de ser sabios y de genio apacible. No deberían de ser personas que “el celo por su casa” los estuviera consumiendo, porque los resultados serán desastrosos.

   Estaría muy bien si fuera uno o dos hermanos o hermanas capacitados de mayor edad, o mas bien, maduros y que se caracterice su ministerio por el amor, es muy probable que el resultado sea para bien de la congregación y los dos salgan “vivos”, libres de sangre. Jamás adopten el papel de Poncio Pilato que simplemente se lavó las manos y permitió una injusticia delante de sus ojos. Con esto me refiero a que jamás piensen que se pueden deslindarse de la responsabilidad diciendo “que Jehová te reprenda” y luego lo expulsen. Más bien, pueden dejar el juicio a Jehová diciendo “que Jehová te reprenda” si es necesario, sin expulsarlo, porque al expulsarlo emiten un juicio.

En todo caso deben tener muy presente este mensaje por parte de Jesús.

“Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga;” (Jn 6:44)

Si se tomara una actitud terca de interponerse por “el qué dirán” hay que recordar las sabias palabras de Gamaliel:

“No se metan con estos hombres, sino déjenlos (porque si este proyecto o esta obra proviene de hombres, será derribada; pero si proviene de Dios, no podrán derribarlos); de otro modo, quizás se les halle a ustedes luchadores realmente contra Dios”. Hch. 5:38, 39

“De seguro pelearán contra ti, pero no prevalecerán contra ti, porque: ‘Yo estoy contigo —es la expresión de Jehová— para librarte’” (Jeremías 1:19).

De modo que es realmente sabio tomárselo con calma y sagacidad. Por lo tanto, no permitamos que el celo por nuestra casa nos ciegue pues en un intento de hacer “justicia” tal vez nos convirtamos en dadores de “injusticia”.

¿Y las divisiones que se causan en la congregación por su elección?

Muchos llegan a la conclusión de que dado se han producido divisiones en la congregación esto es sinónimo de que debe ser expulsado sin más para preservar la paz de la congregación. Recordemos que en las congregaciones que administraba Pablo ocurría algo similar que puede ayudarnos a entender los propósitos de estas divisiones.

1 Cor. 11:17-19
“no los alabo; porque no es para lo mejor, sino para lo peor, para lo que ustedes se reúnen. Porque, en primer lugar, cuando se juntan en congregación, oigo que existen divisiones entre ustedes; y hasta cierto grado lo creo. Porque también tiene que haber sectas entre ustedes, para que las personas aprobadas también se hagan manifiestas entre ustedes.



Pablo sin duda también pudo haber recurrido a la expulsión para imponer orden. Pero no lo hizo, no por negligencia, sino porque al hacerlo sabía que estaría condenándose a sí mismo (1 Cor. 9:27).





Participar en la Cena del Señor era necesario para tener una relación con él.
¿Lo es hoy?


Un participante (lo dejo así) o postulado a participar (también lo dejo así), pudiera decir que participar en la Cena del Señor es absolutamente necesario para tener una relación con él y realmente tener vida. Lo cual no desmentiremos ya que Jesús dijo:

Entonces Jesús les dijo: “Muy verdaderamente les digo: A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes. El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día; porque mi carne es verdadero alimento, y mi sangre es verdadera bebida.  (Jn 6:53-55)

Ciertamente para poder tener vida y tener una relación real con Cristo tendríamos que observar este consejo. Pero Jesús nos invitó primero a hacer grandes cambios en nuestra personalidad y vida. El analizar los consejos de Pablo (no mandatos) como ya lo abordamos más atrás nos ayuda a entender que es lo que tenemos que hacer primero si sentimos que el Padre nos atrae.

Entonces, quien come y bebe no lo haga por emoción ni por mal entendimiento de las enseñanzas elementales de Cristo. De modo que podría tropezar en un futuro (de lo cual nadie estamos exentos) y nuestra fe quede arruinada. Entonces, llegaríamos a actuar en ese caso “peor, que una persona sin fe”.

Tenemos que aceptar que Jesús tampoco  quiso decir que la vida eterna es algo que podemos ganarnos por méritos propios. Aunque dice “entren por la puerta angosta” hay que recordar que hasta la vida relativamente corta que tenemos en este mundo es un regalo. Nadie puede comprar la vida ni hacer nada para merecerla. Y la única manera de recibir el don de la vida eterna es poniendo “nuestra fe en Cristo Jesús” y en Jehová, quien es “remunerador de los que le buscan solícitamente” (Gál. 2:16; Heb. 11:6). Y solo entonces, si nuestro espíritu clama con el Espíritu mismo, comer y beber sin causar oprobio ni a nosotros mismos, ni oprobio a Cristo (la cabeza) ni a Jehová delante de los hombres, ni mucho menos a la congregación que es el Cuerpo de Cristo.

Ten la seguridad de que si “eres tibio” no tendrás éxito (Rev. 3:16) Cristo conoce lo que somos y hacemos.

La denominación probablemente más correcta para "los participantes".

En el primer siglo cuando los primeros cristianos se bautizaban para comenzar su ministerio, no todos participaban de la Cena del Señor.

Por esto mismo Pablo da instrucciones de cómo pueden (los que lo deseen) ajustar su mente y cuerpo para que sean beneficiados enteramente del sacrificio de Cristo y obtengan para sí la esperanza, no vamos a abordar si celestial o terrenal, sino la esperanza de ser resucitados, ya sea en la primera o segunda resurrección (Jn 6:53-55) lo que incluye, en el caso de la segunda resurrección, asegurarnos de que nuestros nombres estén escritos en el Libro de la Vida (Rev. 20:15).

Si alguien manifiesta ser ungido, este no es motivo para que se lance a tomar de los emblemas públicamente sin mas. Pero si participa, esto lo convierte en "ungido participante". Si no participa esto lo convierte en "ungido" aunque por el momento solo sea aparentemente miembro de las "otras ovejas. Esto, debido a que muchos miembros de las "otras ovejas" no participan por temor a los hombres, y no es para menos si se tienen que enfrentar al juicio de la Congregación, prefieren no tener que lidiar con esto ya se enfrentan a algo parecido a la discriminación, ya que muchos al no entenderlo, condenan mas severamente, haciendo esta vida en la tierra mas difícil de lo que realmente es.


En el primer siglo tampoco todos participaban, y el hecho de que Pablo animó que no todos lo hicieran, denota que se puede permanecer como candidato a participar de los emblemas hasta que después de un escrutinio y juzgarse propios no hallemos en nosotros ninguna contradicción para con nosotros mismos (disculpen la redundancia).

El tiempo que pase es indeterminado, pero se asume que no es un examinarse de unos cuantos días o meses, por supuesto tampoco de demasiados años. Sin embargo, si de nuevo el postulado incurriera en el pecado, o se encontrara de nuevo en una situación inmerecida de ser “embajadores” o representantes de Cristo en la Tierra, eso debería de sugerirnos por conciencia y honestidad a  dimitir de participar públicamente. Y esto no le quita su privilegio, puede seguir participando en privado. Pero esto siempre será una opción personal. Nunca debería ser bajo comité judicial (véase ¿Qué hermanos deberían corregir al “participante”?, mas atrás).

Si alguien decide hacerlo en privado, como muchos lo realizan, se aplican los mismos consejos que dieron Jesucristo y Pablo, y no por ser privado signifique que está cometiendo pecado.

“No juzguen para que no sean juzgados” Mt. 7:1

Esto lo repetiré hasta el cansancio ya que hace falta que siempre nos salte a nuestra mente al analizar los asuntos de terceros.

De manera que si alguien lo realiza en privado, también cuídese de no hacer tropezar a otros, y de estar enteramente preparado para lo que se le encomienda, sin ser fanático. Al final lo que importa es “observar los mandamientos de Dios” (1 Cor. 7:17-20).

Finalizo con esta última reflexión

Ciertamente si participamos o no en la Cena del Señor es una situación personal. Y si participamos y no lo realizamos al final de todos no es ese el problema. El problema viene cuando afirmamos que el Espíritu nos dirige cuando deberíamos limitarnos solamente a responder y hablar por nosotros mismos con respecto a nuestra convicción de hacer lo correcto sobre la Tierra. Es decir procurar no ser megalomanos ni mitómanos, como muchos en el presente y en el pasado lo han sido, y por esto se habla injuriosamente de Dios. El objetivo actual no es precisamente constituirnos estandartes vivientes de Dios. Sino hacer lo correcto. Dios no se complace en sacrificios, sino en obediencia. Una obediencia no fanática, sino con libertad.

¿Una obediencia con libertad? ¿Como puede ser eso? Escribiré un articulo al respecto. Solo me queda decirle que, si, así es.

Al comer y beber, hasta donde percibo, no constituye pecar contra el Espíritu. Sino, creo que mas bien es el hecho de afirmar que es usted mensajero de Dios sobre la tierra sin realmente serlo.

 ...“hay un pecado que sí incurre en muerte” (Jn 5:16). Y el afirmar lo anteriormente reflexionado podría llevarnos a eso. Recuerde que en si ni lo anteriormente dicho corresponde en si a una blasfemia. Pero que cada quien tome su punto de vista respecto a esto. El pecado contra el Espíritu específicamente es blasfemar voluntariamente contra el espíritu. Recuerde:

“Toda suerte de pecado y blasfemia será perdonada a los hombres, pero la blasfemia contra el espíritu no será perdonada” (Mateo 12:31).

Y lo anterior queda demostrado por lo que se le dijo a Job: "Maldice a Dios y muere".

En efecto, es una blasfemia voluntaria y directa, con conocimiento de causa.

La Biblia también nos advierte que “si voluntariosamente practicamos el pecado después de haber recibido el conocimiento exacto de la verdad, no queda ya sacrificio alguno por los pecados, sino que hay cierta horrenda expectación de juicio” (Hebreos 10:26, 27). 

Recuerde: VOLUNTARIOSAMENTE y con CONOCIMIENTO de causa. Esas dos cosas hacen que sea casi imposible que no se aplique el sacrificio de Jesús para nuestra salvación. Esto no es aplicable a la "debilidad" pero no por esto es una excusa, pues el que peca tal vez se le perdone, pero puede sufrir las consecuencias propias de su error estando todavía en vida (problemas, enfermedades, muerte).

¿Podemos ser borrados del Libro de la Vida una vez que se ha escrito nuestro nombre?
Realmente no lo podemos asegurar. Cada quien debe discernir si esto puede o no ser posible. Particularmente, y solo particularmente, pensamos que es posible, pero Dios es justo.

No se entristezca si usted cree que ha pecado contra Dios directamente. Aunque se asegura que no le será perdonado no sabemos exactamente cual es el alcance de pecar contra el Espíritu. Así que siga pidiendo a Dios por perdón, le aseguro que si es honesto, no serán sus peticiones en vano.

Ver el tema
¿Ha pecado usted contra el espíritu santo?
http://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/2007525


Un saludo a todos.
Bienvenidos sus comentarios.

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